URUGUAY ENTERO DE COLECCIÓN/ Desde Montevideo/Eduardo Mérica para DIARIO URUGUAY.
En 1872 se licita la construcción de una línea férrea para el transporte de la carne, la cual correría entre los mataderos ubicados en Santiago Vázquez y el barrio de Arroyo Seco, siendo luego remolcados los vagones por caballos y transitando un trayecto netamente tranviario, la empresa se denominó Ferrocarril y Tranvía del Norte.
La Estación del Norte en Arroyo Seco, ubicada donde hoy se emplaza el Palacio de la Luz, era la estación Terminal, donde se contaba con vías que permitían desacoplar los vagones tranvía, sobrepasar la locomotora hacia el otro lado y acoplar de a uno los tranvías a los caballos, llevando la carne a ser repartida en los mercados de la ciudad.
El 25 de agosto de 1886, durante la presidencia de Santos, se inauguraría el Colegio Militar, luego Escuela Militar, en un predio situado en la antigua quinta de Casaravilla, calles Agraciada y Corrientes (hoy Gral. Aguilar).
Hacia 1889, la empresa concesionaria del Tranvía Paso del Molino y Cerro necesitó construir un llamado “ramal de escape” que le diera acceso a la estación ubicada en la Av. Agraciada, frente a la intersección con la Av. Rondeau.
En pago de tributos por el permiso, la empresa tranviaria se obligó ante el Municipio capitalino a donar los adoquines necesarios para pavimentar el espacio libre allí existente y a costear la instalación de una fuente que obraba en poder de la Junta donada por la compañía de Aguas Corrientes, del mismo estilo que el filántropo inglés Wallace había regalado a la ciudad de París.
La fuente se instaló en la plazuela sita en la intersección de las avenidas Agraciada y Gral. Rondeau y la calle Gral. Aguilar, actualmente denominada “Plaza República de Lituania”. Por esas inexplicables decisiones políticas, esta fuente fue trasladada al Palacio Legislativo primero, para terminar instalada frente al Mercado del Puerto y el barrio perdió uno de sus monumentos característicos.
En el año 1892 fue instituido el primer Jardín de Infantes del Uruguay que comenzó a funcionar en un local pequeño arrendado en la entonces Avda. Agraciada entre Arequita y Marmarajá.
Luego el Jardín se trasladó a una finca lindera y poco tiempo después era objeto de desalojo por su propietario, que proyectaba construir un núcleo de viviendas para alquilar.
Fuente: Revista Raíces